Si tienes un negocio o emites comprobantes de pago electrónicos, probablemente has escuchado sobre la retención del 3% del IGV. Este régimen forma parte de las normas tributarias establecidas por la SUNAT para garantizar que los impuestos se declaren correctamente y evitar la evasión fiscal.
En este artículo te explicamos cuándo se aplica la retención del 3%, quiénes la deben realizar, cómo calcularla y qué operaciones están exentas, con ejemplos claros para que tu empresa cumpla con todas sus obligaciones sin complicaciones.
¿Qué es la retención del 3% de SUNAT?
La retención del 3% forma parte del régimen de retenciones del IGV creado por la SUNAT. Este sistema obliga a determinadas empresas, llamadas agentes de retención, a retener el 3% del total de una operación sujeta a IGV cuando realizan pagos a sus proveedores.
Ese monto retenido no se paga al proveedor, sino que el agente lo declara y entrega directamente a la SUNAT. Luego, el proveedor puede usar esa retención como crédito fiscal o solicitar su devolución.
En pocas palabras, la retención del 3% es un adelanto del IGV que se aplica cuando un cliente designado por SUNAT paga a su proveedor por una operación gravada.
¿Cuándo se aplica la retención del 3%?
Saber cuándo se aplica la retención del 3% es fundamental para evitar errores en tus declaraciones. Según la SUNAT, la retención del IGV debe aplicarse cuando se cumplan todas estas condiciones:
1. La operación está gravada con IGV
Aplica en ventas de bienes, prestación de servicios o contratos de construcción que estén afectos al IGV. Si la operación está exonerada o inafecta, no se aplica retención.
2. El monto de la operación supera los S/ 700
Solo se retiene el 3% cuando el importe total (incluido IGV) es mayor a S/ 700.
Ejemplo:
Si una factura es por S/ 1,000 más IGV (S/ 1,180 en total), se aplicará una retención de S/ 35.40 (el 3% de S/ 1,180).
Si el total fuera S/ 650, no correspondería la retención.
3. El comprador o usuario del servicio es agente de retención
La SUNAT designa mediante resolución qué empresas son agentes de retención. Si tu cliente no está designado, no puede aplicar el régimen.
Estos agentes suelen ser grandes empresas, instituciones públicas o entidades financieras.
4. La retención se realiza al momento del pago
El momento clave para aplicar la retención es cuando se efectúa el pago al proveedor, no cuando se emite la factura. Si el pago se hace en partes, la retención se aplica proporcionalmente en cada desembolso.
¿Quiénes son agentes de retención?
Los agentes de retención son las empresas o entidades designadas por la SUNAT mediante resolución. Estas tienen la obligación de:
- Retener el 3% del total del pago (incluido IGV).
- Emitir un comprobante de retención al proveedor.
- Declarar y pagar el monto retenido a la SUNAT dentro del plazo establecido.
El proveedor, a su vez, puede usar la retención como crédito fiscal en su declaración mensual o solicitar devolución si tiene saldo a favor.
¿Cuándo no se aplica la retención del 3%?
Existen varias situaciones donde no se aplica la retención del IGV. Entre las más comunes están cuando:
- El pago es igual o menor a S/ 700.
- El proveedor emite boletas de venta o documentos sin derecho a crédito fiscal.
- La operación no está gravada con IGV (exonerada o inafecta).
- El proveedor está calificado como Buen Contribuyente y se encuentra exceptuado.
- El cliente no es agente de retención designado por SUNAT.
¿Cómo calcular la retención del 3%?
Supongamos que una empresa compra productos por S/ 10,000 más IGV (18%):
Importe total: S/ 11,800
Retención (3%): S/ 354
El proveedor recibirá S/ 11,446, y el agente de retención deberá declarar S/ 354 a la SUNAT. Ese monto quedará registrado a nombre del proveedor y podrá usarlo como crédito fiscal en su próxima declaración.
¿Por qué existe el régimen de retenciones de la SUNAT?
El régimen de retenciones de la SUNAT busca mejorar la recaudación tributaria y garantizar el cumplimiento del IGV.
Al aplicar la retención en el momento del pago, el Estado asegura que parte del impuesto ya esté recaudado, reduciendo la evasión y formalizando las transacciones.
Para las empresas, aunque implica una gestión adicional, mantener un control correcto de las retenciones evita multas y asegura transparencia fiscal.
