El día viernes 12 de agosto de 2022, el Congreso de la República aprobó Ley 31556 que permite modificar el Impuesto General a las Ventas del 18% al 8% para los restaurantes y hoteles como medida para promover la reactivación económica de estos sectores, dicha ley entraría en vigencia al mes siguiente de su promulgación, sin embargo, no será de carácter permanente pues estará vigente solo hasta el 31 diciembre de 2024.
¿Cuál es el objetivo de reducir el IGV de 18% a 8%?
El fin de esta ley es poder promover la reactivación económica de este sector económico que al igual que otros ha sufrido un fuerte impacto debido a la pandemia del COVID-19 y de esta manera evitar el cierre de miles de negocios dedicados al turismo y hotelería.
Se espera que los principales beneficiados sean las mypes como: restaurantes, hoteles y alojamientos turísticos cuya fuente de ingreso por ventas en dichas actividades representen al menos el 70% de lo que perciben.
Además, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el 85% de la informalidad se registra en los restaurantes y de acuerdo con esto, Silvia Monteza expresa que no brindar beneficios a las empresas de este sector puede causar que muchos negocios se mantengan bajo la sombra de la informalidad. Por otro lado, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) afirma que en vez de promover que las mypes se formalicen, esta medida puede incentivar la informalidad.
¿Por qué el MEF se opone a la Ley 31556?
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) sostiene que la mayoría de restaurantes y hoteles se dirigen a clientes locales y no específicamente a los turistas y al día de hoy, registran facturaciones similares a lo registrado antes de la pandemia. Además, explica que este proyecto beneficiaría sobre todo a las grandes empresas y no a las mypes como se espera. Por otro lado, según el MEF, este proyecto tendría un costo fiscal de S/ 690 millones sin contar con el incremento del fraude fiscal asociado al mismo”.
¿Los precios serán menores para el consumidor peruano?
Los precios dirigidos al consumidor final seguirán siendo los mismos mientras que, la reducción del 18% al 8% se verá reflejada en la declaración de impuestos de las empresas en la SUNAT ya que habrán 10 puntos de diferencia entre el débito fiscal (ventas) y el crédito fiscal (compras). Por lo tanto, se prevé que los empresarios, en su mayoría, obtengan un mayor beneficio al no bajar los precios de sus bienes y servicios.
A pesar de las opiniones compartidas que existen en relación a este tema, no deja de ser una buena noticia para las empresas que se dedican al sector de hoteles y restaurantes y se espera que lejos de caer en la informalidad, esta medida pueda promover la formalización de las micro y pequeñas empresas.